¿Está su empresa lista para una IPO (Oferta Pública Inicial)?

Esta cuestión es siempre un tema de discusión entre los diversos actores de y alrededor de la empresa, desde el empresario hasta los banqueros de inversión, pasando por abogados, auditores, contadores, etc.

Muchos de estos actores, basando su argumento en los requisitos de cotización, creen y querrán que el empresario crea que la empresa emisora debe cumplir varios criterios internos antes de cotizar en bolsa:

  1. El emisor debe tener ingresos significativos.
  2. El emisor debería ser preferentemente rentable o al menos positivo en flujo de caja.
  3. El emisor debe tener un crecimiento fuerte y estable.
  4. El emisor debe tener dos años de balance auditado.

Esto es especialmente cierto cuando uno habla con banqueros de inversión que intentan reducir su responsabilidad tanto como sea posible y con razón.

La verdad es mucho más compleja y menos placentera: depende tanto de factores internos como los mencionados anteriormente como de factores externos como:

  1. ¿El mercado de la empresa emisora trata con uno de moda?
  2. ¿Han tenido éxito otras empresas con modelos de negocio similares?

Extrañamente, a Wall Street generalmente no le gustan los pioneros. Un viejo adagio en Wall Street dice: “Los pioneros mueren con flechas en la espalda”.

¿Qué le gusta a Wall Street entonces?

Empresas con modelos de negocio probados en una industria conocida. Esa es la razón por la cual una cadena de hamburguesas recaudará dinero fácilmente a pesar de que hay cientos por ahí.

Entonces, ¿cuándo está lista una empresa para una oferta pública inicial?

Mi respuesta es diferente a lo que escuchará y leerá en el mercado y no tengo dudas de que muchos profesionales me criticarán por ello, pero honestamente creo que es la Verdad:

Llame a la puerta de los bancos de inversión regularmente todos los años. Pídales que recauden dinero para su empresa o para un nuevo proyecto que su empresa esté llevando a cabo. Sigue preguntando e insistiendo hasta que alguien te diga que es posible y muestre interés por ello. Anote las objeciones y problemas planteados por cada interlocutor y trate de corregirlos.

Cambiar de interlocutor anualmente pero mantener incluso un contacto distante con cada interlocutor. Mantenerlos informados de la marcha de la empresa emisora. Recuerde que en realidad son el mercado que comprará los valores vendidos por la empresa cuando haga su oferta pública inicial.

Algunas empresas pueden salir a bolsa y ser una caja vacía, aunque muchos críticos le dirán lo contrario o evaluarán que solía ser así pero ya no es así.

Cuando un maestro de Wall Street lo quiera, la empresa se hará pública. Si no los conoces o como convencerlos, llámame.

Será un placer y un honor para mí ser su pionero.